Considera como
Jesús tendido sobre la cruz
alarga sus pies y manos y
ofrece al Eterno Padre el sacrificio de
su vida [?]
por nuestra salvación
; le enclavan
aquellos barbaros [?] verdugos y después lo levantan en alto,
dejandole morir [?] de
dolor
sobre aquel patibulo infame.
OH despreciado jesús mío !
Clavad, os pido, mi corazón
a vuestros pies
para que
siempre esté ahí
amandoos
y no os ofenda más.
¡ Con cuanta razón
decía llorando San Francisco
: el Amor no es amado.
Os amo, etc.
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