Considera cómo la devota
mujer
Verónica, al ver a Jesús tan fatigado
y
con el rostro
bañado
en sudor
y
sangre
, le ofreció un pañuelo y, limpiandose con él el Salvador,
le dejó
mujer
Verónica, al ver a Jesús tan fatigado
y
con el rostro
bañado
en sudor
y
sangre
, le ofreció un pañuelo y, limpiandose con él el Salvador,
le dejó
impresa su santa imagen.
AMADO
Jesús mío, en otro tiempo
vuestro rostro era
hermosísimo,
pero en este
doloroso viaje
la sangre y
las heridas
han cambiado en
AMADO
Jesús mío, en otro tiempo
vuestro rostro era
hermosísimo,
pero en este
doloroso viaje
la sangre y
las heridas
han cambiado en
fealdad
su
hermosura.
¡ Ah Señor !
también mi alma era hermosa
ante vuestros ojos por el bautismo
pero yo la he afeado por mis pecados.
vos solo, ¡ oh Redentor mío ! podéis
restituirle
su belleza.
Os amo etc.
su
hermosura.
¡ Ah Señor !
también mi alma era hermosa
ante vuestros ojos por el bautismo
pero yo la he afeado por mis pecados.
vos solo, ¡ oh Redentor mío ! podéis
restituirle
su belleza.
Os amo etc.
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