Considera el encuentro del Hijo con su Madre
Se miraron
mutuamente
Jesús y María, y sus
miradas
fueron otras
tantas flechas
que
traspasaron
sus amantes
Corazones.
DULCISIMO
Jesús,
por la
pena que
experimentasteis
en el encuentro
con vuestra
Madre,
concededme
la gracia
de ser
siempre
verdadero
siervo
suyo.
Y Vos, mi
afligida Reina alcanzadme
con vuestra
intercesión una
constante y amorosa
memoria
de la
Pasión
de vuestro Hijo. Os amo, etc.
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