11.12.09

Hace que os ame cuando me muera.

Es muy raro.
Empieza con esta confesión de culpabilidad,
unida al reconocimiento de que se merece un determinado castigo :

el castigo de "la mala muerte",

concepto
que no se refiere a sufrimientos fisico-morales en la agonía y sus preliminares,
sino
a la muerte sin confesión / absolución de los pecados mortales
previos al momento del morirse.

Lo que es igual a condena eterna sin posibilidad de excarcelación post-purgatorio.

Es un castigo con el amenazan abundantemente los predicadores
y los ciclos de ejemplos prodigiosos para instrucción y corrección del pueblo.

Consiste en que Dios puede alterar las circunstancias que permitan o no confesarse antes de morir.

Muchos mueren durmiendo, o antes del bautismo, o de viaje, o sin que el confesor llegue a tiempo.

Sanalfonso da por supuesto que Dios decide eso.

Y que se puede conjurar la voluntad divina apelando a formas de devoción afectiva y ritual.

Como primera precaución, que el que quiera ganarse al Juez
reconozca la justicia del castigo de no darle oportunidad de arrepentirse.

Ha de reconocerse culpable de culpas mayores y más graves de las que se creen tener.
De una culpa pecadora lo suficientemente mosntruosa como para que el Sumo Bien y la Suprema Misericordia nieguen a un hijo prodigo
la posibilidad misma de arrepentirse y pedir clemencia.

Eso es mucho.
Pero ha de reconocerse por si acaso.

De todas formas, cualquier ofensa al Dios Infinitamente Superior es infinitamente pecadora y merecedora del mayor castigo.
Así que ya está bien arrastrarse infinitamente por el fango y la ceniza.


El objetivo es el momento de morirse.

A un justo piadoso, y buen cristiano y buen catolico,
un solo pecado mortal en el instante previo a la muerte
le anula todos los meritos de su vida.

Y un malvado sindios, con arrepentirse y obtener absolución en el segundo antes de morirse, le abre las puertas del Cielo,
desde donde podrá comtemplar, eternamente, como sufren, eternamente, los que fueron buenos toda su vida pero fallaron "en la hora de su muerte".

( Como dice "el Ave María" : "... ahora y en la hora de nuestra muerte ..." )

Así que el Favor a pedir es que el Dios nos haga que le amemos entonces.


" Haced que yo os ame ".

Como pedir esto sin caer en la doctrina de la Predestinación,
de la Arbitrariedad del Favor Divino,
con sus peligrosas implicaciones sobre la justicia y equidad del Justo.

Se estuvo jugando mucho con la paleta de matices de la Gracia divina.
Pero el tema de las Gracias es demasiado confuso, arcano, resbaladizo, pronto a caer en las zonas excentricas fronterizas de lo condenable.

Hay un paso de baile entre Calvinismo y Jansenismo.
Hoy no son sectarismos y herejías u ortodoxias que provoquen entusiasmo ni excesivo interes.
Son de museo comarcal, no como el gnosticismo o el catarismo pret-a-porter.

Pero durante bastante tiempo fueron causa de coleras funestas, odios, terrorismo, venganzas, luchas de partido, amagos de conflicto cibil, de alrma social, de linchamientos más o menos legales.

Sanalfonso busca puntos de consenso y de suave moderación.


Pero sigue siendo piedra de escandalo en el zapato eso de "haced que yo os ame".




El "Ea, pues" no arregla la cosa.
Posted by Picasa

No hay comentarios:

Amor Demasiao Maravilloso para las Palabras del Diccionario